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S&P Global Ratings mejora de BB “Estable” a BB “Positivo” la calificación de riesgo crediticio para Guatemala

En su informe publicado el jueves 18 de abril, la agencia calificadora de riesgo S&P Global Ratings comunica que mantuvo la calificación de riesgo crediticio para Guatemala en “BB” y que mejoró la perspectiva a “Positiva” (desde “Estable”), reflejando el largo historial de estabilidad macroeconómica y de resiliencia económica de Guatemala, en un contexto en el cual los déficits fiscales manejables, el nivel muy bajo de la deuda neta, la solidez del perfil externo y la historia de política monetaria robusta se constituyen en fortalezas cruciales de la economía guatemalteca.

La agencia destaca el hecho de que la deuda neta de Guatemala, que representa aproximadamente el 16% del PIB en 2024, está entre las más bajas de América Latina.  También indica que el país ha mantenido políticas fiscales y monetarias cautelosas, a pesar de que las instituciones políticas aún se encuentran en evolución.  Señala que la incertidumbre política parece haber disminuido, después de la investidura del presidente Arévalo, y que existe un sentimiento inicial de colaboración entre la administración, el sector privado e incluso algunos miembros de la oposición en el Congreso. S&P Global Ratings estima un crecimiento económico real de aproximadamente 3.5% anual, apuntalado por el consumo, con el respaldo de los flujos de remesas familiares, de mejores perspectivas para la inversión privada doméstica y de un aterrizaje suave de la economía de Estados Unidos de América, de la que Guatemala depende en gran medida.

El comunicado indica que el historial de políticas macroeconómicas cautelosas ha permitido a Guatemala mantener consistentemente déficits fiscales manejables. S&P Global Ratings espera que el nuevo gobierno aumente los déficits fiscales en los próximos tres años para impulsar el gasto en capital, principalmente para aeropuertos, puertos, carreteras e infraestructura energética, mientras se mantenga la estabilidad macroeconómica. Sin embargo, pronostica que los futuros déficits en cuenta corriente, para lograr estas inversiones, solo afectarán marginalmente la resiliencia externa de la economía guatemalteca. Asimismo, señala que la sólida política monetaria del banco central permitió que la inflación cayera al centro de su rango objetivo (4% anual), lo cual refleja el compromiso del banco central de controlar la inflación y la independencia operativa de dicha institución.

La perspectiva positiva indica que una mejora de la calificación crediticia podría darse en los próximos 6 a 12 meses si prevalecen las políticas macroeconómicas cautelosas y si la nueva administración y el Congreso pueden colaborar en iniciativas de políticas económicas. Esto podría aumentar la confianza de los inversionistas y llevar a un crecimiento económico mayor al esperado.